Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell, este miércoles en Alicante. / efe

Banco Sabadell no realizará ajustes adicionales en su plantilla durante los dos próximos años, manifestaron ayer el presidente y el consejero delegado de la entidad, Josep Oliu y César González-Bueno, en un encuentro con periodistas en la antesala de la Junta General de Accionistas que se celebra hoy. «Estamos terminando el segundo ajuste, y lo hacemos además con crecimiento. Nos parece suficiente para este año y el siguiente», apuntaron. Ambos definieron 2021 como «un buen año» y estiman que la economía crecerá este ejercicio, aunque algo menos de lo previsto debido a la guerra en Ucrania.

Oliu subrayó que seguirán en solitario, por lo que descartó que la entidad se plantee alguna fusión, ya que está empeñada en culminar su plan estratégico que finaliza en 2023. «Tenemos una posición importante como cuarto banco del país y nuestro propósito es mantenerla y aumentarla».

Explicó que existe «mucha incertidumbre», con factores que actúan con viento de cola y de cara. Entre los primeros citó la subida de tipos: «Los mercados nos dicen que este año habrá dos subidas de tipos de interés en Europa, por el incremento de la inflación», apostilló. Mientras que en el otro platillo de la balanza están los «nubarrones» de la guerra en Ucrania y la propia inflación, problemas que pueden generar «subidas circunstanciales de las tasas de morosidad». González-Bueno añadió que el comportamiento de la morosidad «ha sido ejemplar hasta ahora».

El presidente del banco descartó que la economía española vaya a entrar en un estado de estanflación (precios altos y crecimiento estancado) como consecuencia del conflicto bélico, aunque consideró que el impacto dependerá de las medidas que tomen las autoridades fiscales y monetarias. Apostó por no perder tejido productivo e industrial en un escenario que plantea dudas a medio plazo. Consideró que la economía va a crecer de forma notable, aunque algo menos de lo que se preveía antes de la invasión rusa.

González-Bueno indicó que el banco tiene «exposición bajísima» en Ucrania. «Los riesgos directos son muy bajos», recalcó. El banco tiene un plan de medidas de apoyo a este país, que dará a conocer en la junta de accionistas.

Su plan por la sostenibilidad prevé incentivar créditos verdes y financiación de proyectos que ayuden a la transformación de los sectores estratégicos. Josep Oliu indicó que el año pasado se marcó un punto de inflexión tras un periodo de saneamiento. «El balance ha empezado a brillar». El objetivo, dijo, es alcanzar una tasa de rentabilidad del 6%, a pesar de algunos factores externos como la guerra, la falta de suministros y el coste de la energía.

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