Banco Sabadell ha descartado su participación en alguna operación de fusión en España por el momento, ya que el banco tiene actualmente todo el foco puesto en desarrollar y completar su plan estratégico, que finaliza este 2020.
“La posición del banco es la de poner el foco en el desarrollo del plan estratégico, no hay ninguna operación específica de fusión o adquisición (M&A) en España“, ha indicado el consejero delegado de la entidad, Jaime Guardiola, a preguntas de los analistas tras la presentación de los resultados correspondientes al ejercicio 2019.
Guardiola ha reconocido el sentido de la consolidación bancaria en un contexto de muy bajos tipos de interés, al tiempo que ha recordado que Banco Sabadell está dispuesto a usar cualquier instrumento que tenga sentido estratégico y que resulte atractivo para los accionistas.
Por otro lado, el director financiero de Banco Sabadell, Tomás Varela, ha dicho que durante este año estarán centrados en optimizar el capital, aunque ha indicado que “no hay nada definido”.
El año pasado, Banco Sabadell ganó 768 millones en el 2019, un 134% más que el ejercicio anterior, debido a que en la filial británica TSB se han tenido que hacer menores provisiones que a lo largo del ejercicio 2018.
La entidad informó que en 2019, las provisiones y deterioros se elevaron a 938 millones, de los que 865 millones fueron a parar a España. Un año antes, el 2018, las provisiones se habían elevado hasta los 1.320 millones y España se llevó 1.089 millones.
Además, Sabadell ha cerrado la venta de carteras institucionales, lo que le ha llevado a reducir sus activos problemáticos en más de 8.200 millones. A cierre del 2019, el saldo de problemáticos se eleva a 7.326 millones, de los que 6.141 millones corresponden a activos dudosos y 1.185 millones a activos adjudicados.
El margen de intereses (que mide básicamente el negocio bancario, es decir, la diferencia entre lo que gana por los créditos, los préstamos y las hipotecas y lo que paga por los depósitos) se redujo un 1,4%, hasta los 3.622 millones, debido a la presión que ejerce la política monetaria del BCE de tipos bajos, a la reformulación de la clasificación de créditos que hubo que hacer a principios del año 2019 y a la titulización de créditos al consumo, operación por la que se empaquetaron unos 1.000 millones y se colocaron en el mercado. |