Si la fusión Caixa Bankia es complicada, la más complicada de las muchas, que ha conocido la historia de la banca española, la del BBVA con el Sabadell no le va a la zaga, aunque sea por distintas razones. De la fusión de las dos cajas históricas de Madrid y Barcelona se ha dicho que son dos zapatos del mismo pie, es decir poco complementarias, de manera que deben pasar por una severa horma para acomodar cada zapato y facultar que con ellos se pueda caminar, más aun se pueda correr, porque el panorama de la banca comercial regulada es para correr y mucho porque el que se queda atrás… se quedará sin futuro.
A favor de la fusión, que en realidad será una absorción de Bankia por la Caixa, está la unidad de mando que no hay duda alguna que estará en la fundación La Caixa, primer accionista a distancia de los demás. A favor también una posición de liderazgo comercial por todo el territorio nacional. La posición de capital es buena y la calidad de los activos razonable conforme a los tiempos en que vivimos. La complicación radica en los ajustes que hay que abordar que son enormes pero que se pueden ir graduando para mitigar las consecuencias.
El caso BBVA Sabadell es distinto. Para empezar la fusión (en realidad es una absorción tan clara o más que la anterior) se ha anunciado con precipitación, a destiempo, como si alguien quisiera acelerarla para asegurarla, o para abortarla que todo es posible en estos tiempos tan complicados.
Anunciada la operación el mayor riesgo ahora es el fracaso de la misma. Tiene que producirse SI o SI, porque de fracasar el futuro del Sabadell quedaría muy comprometido y el del BBVA también se vería afectado, aunque menos. De manera que habrá fusión y lo que ahora se debate son las condiciones de la misma que dependen del absorbente, es decir el BVVA y las autoridades bancarias, es decir el Banco de España y el BCE, que son lo mismo. El gobierno español también tiene algo que decir, pero poco y con cautela ya que el asunto le va grande aunque parezca muy local.
El BBVA tiene a favor su desinversión en los Estados Unidos, que tiene atragantada desde hace años. Salir de ese mercado supone quitarse un problema para poder centrarse en la absorción del Sabadell. La posición mexicana es en estos momentos el principal activo del BBVA que sostiene beneficios, aunque se trata de un mercado de riesgo. La posición turca es más complicada, lo mejor que le puede ocurrir al banco español es encontrar un pretendiente con posibilidades en ese mercado.
La inversión de Sabadell en el Reino Unido forma parte de los problemas del Sabadell que con la experiencia y potencia del BBVA se puede gestionar con más posibilidades, incluida la venta a alguna otra entidad con posición en ese mercado.
Quedará, finalmente, el negocio local, sobredimensionado, saturado, de baja rentabilidad, que requiere ajustes muy duros, tanto como los de la Caixa-Bankia, que necesitan tiempo y acierto, que tendrán que convivir con una gestión de clientes extraordinaria y muy exigente.
En resumen dos fusiones difíciles, quizá inevitables, sometidas a muchas incertidumbres y que requieren mucho trabajo fino, de fondo y sin factures externos políticos perturbadores. |