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El escándalo por las indemnizaciones que se adjudicaron los ex gestores de la Caja del Mediterráneo (CAM) y la falta de unanimidad en el consejo de administración del Banco de Valencia evitaron que el ex consejero delegado de la filial de BFA, Domingo Parra, percibiera una renta que tenía pactada de unos 750.000 euros anuales hasta cumplir los 65 años, para lo que quedan 10.
Según fuentes próximas al consejo, Domingo Parra negociaba desde hace meses su salida con el bolsillo lleno, de acuerdo con el entonces presidente del banco, José Luis Olivas, quien planteó al consejo de administración las condiciones.
Estas se basaban en un blindaje introducido por el banco en 2007 -hecho público en 2008 cuando la CNMV pidió explicaciones a la entidad-, según el cual el consejero delegado, en caso de despido improcedente, recibiría "una renta periódica equivalente al 90% de la retribución fija anual, en la cuantía efectivamente percibida los 12 meses anteriores al despido, hasta el cumplimiento de los 65 años".
Como es habitual en las reuniones del consejo, la mayoría accedió a las propuestas del principal accionista -BFA, que controla el 39%-, pero algunos consejeros consideraron que era la gota que colmaba el vaso de la errática gestión del banco y se opusieron.
Según estas fuentes, el acuerdo se pospuso porque Olivas quería que se aceptase por unanimidad, pero poco después, finales de septiembre, se conocieron las retribuciones y la pensión que se había asignado la ex directora general de la CAM, María Dolores Amorós, que ya habían percibido otros ex directivos, y se impuso la prudencia.
Domingo Parra fue destituido el 7 de octubre "sin indemnización", según fuentes oficiales del Banco de Valencia, aunque sí percibió el finiquito que le corresponde a cualquier trabajador.
Marejada en Bankia
Lo que está ocurriendo con el Banco de Valencia ha causado malestar en la cúpula de Bankia, cuya matriz también es BFA, donde se empieza a hablar en privado de la dimisión de Olivas como vicepresidente de ambas entidades.
Una de las causas de este malestar es que Olivas dimitió como presidente del banco valenciano la noche del pasado 28 de octubre sin habérselo comunicado al presidente del grupo, Rodrigo Rato, y pocos días antes de que se destapara la verdadera situación de la entidad. Esta dimisión también molestó a algunos accionistas del Banco de Valencia representados en el consejo. Desde el sindicato Comfia-CCOO, consideran que si se confirman todos los extremos que se están publicando, la situación de Olivas es "insostenible" y le pedirá explicaciones "públicas e internas".
Por su parte, el Banco de Valencia anunció que dará a conocer todas las características de su ampliación de capital "antes de final de año", y que el próximo lunes, día 13, presentará los resultados del tercer trimestre, cuya aprobación aplazó por la dimisión de Olivas. |
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