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El hasta hace pocos meses director general de la CAM Roberto López causó ayer baja en la entidad al aplicarse el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) previsto y que afecta en un primer momento a 270 de trabajadores.

La caja alicantina tenía prevista esta regulación de empleo fruto de las negociaciones para su fusión con Cajastur entre otras cajas de ahorro que luego fracasó. El ERE, sin embargo, ha seguido tramitándose ya que la CAM sigue inmersa en un proceso de reestructuración interno y ajuste de costes para hacerla viable en el futuro.

Precisamente, la entidad alicantina celebrará hoy su consejo de administración ordinario del mes de junio. Aunque no consta en el orden del día, se espera que la directora general, María Dolores Amorós, y el presidente de la entidad, Modesto Crespo, informen a los consejeros sobre el estado de las negociaciones con el fondo norteamericano JC Flowers, que estaría dispuesto a invertir en la entidad entre 600 y 800 millones de euros.

De esta forma, la caja rebajaría la futura participación del Estado en su capital y podría mantener el control del negocio.

Aunque las conversaciones continúan y algunas fuentes aseguran que existen posibilidades reales de lograr un acuerdo, la exigencia de JC Flowers de un esquema de protección de activos que le prevenga frente a las futuras pérdidas de la entidad podría dificultar el cierre de la operación.

La CAM necesita 2.800 millones de euros para cumplir con los nuevos requisitos de capital principal que exige el Gobierno. Si no logra un socio, el FROB se haría con la mayoría del accionariado.

Por otro lado, la CAM vuelve a recurrir a las cédulas hipotecarias para conseguir liquidez y continuar con sus operaciones ordinarias mientras se aclara su futuro. A los 3.000 millones de euros que ya emitió entre abril y mayo, en las últimas dos semanas ha sumado otros mil millones de euros por esta misma fórmula de empaquetar los créditos de sus clientes y usarlos como garantía para pedir dinero.

Renuncia
Así, el día 21 amplió en 500 millones su emisión de cédulas hipotecarias del pasado 14 de abril y el martes de esta semana hizo lo mismo con otra emisión, esta vez la que lanzó el 3 de mayo. Como ocurrió entonces, la caja ha renunciado a colocar los valores en los mercados privados sabedora de que en estos momentos sería muy difícil conseguir la confianza de los inversores. Las turbulencias continúan y el grifo sigue cerrado para la mayoría de entidades españolas.

Por ese motivo lo que ha hecho la caja es adjudicárselas a sí misma para, posteriormente, utilizar las cédulas como aval para acudir a las subastas de liquidez que organiza el Banco Central Europeo.

De esta forma ya son 4.000 los millones que ha ingresado la CAM por esta vía, una cifra que contrasta con la del año pasado, cuando apenas se emitieron unos cientos de millones. La entidad, sin embargo, señala que se trata de su plan de liquidez habitual, que ha tenido que recuperar tras la ruptura del SIP con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura.

La CAM no es la única entidad que ha recurrido este año a la autocolocación de cédulas hipotecarias para pedir dinero luego al BCE. Bancaja y Caja Madrid también han utilizado esta fórmula.

Banca Cívica parte con un descuento del 60%
Banca Cívica también saldrá a bolsa el próximo 20 de julio a un precio de entre 2,7 y 3,8 euros por acción, con lo que espera captar entre 599,78 millones y 945,49 millones. Esta banda de precios implica valorar la entidad entre 1.342,3 y 1.889,1 millones de euros, lo que supone un descuento de entre el 50 % y el 60 % sobre su valor en libros. Con esta operación, la entidad emitirá 222,14 millones de acciones, que suponen un 44,68 % del capital social del grupo formado por la integración del negocio de Caja Navarra, Cajasol, CajaCanarias y Caja Burgos. efe madrid

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