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Carlos Torres, presidente del BBVA. (Reuters) |
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La acción del banco catalán ha subido en bolsa un 75% desde que se lanzó la OPA. La salida para el banco de Carlos Torres sólo pasa por renunciar a la cultura de la entidad que preside
Pierre Choderlos de Laclos pasó a la historia por escribir una de las maravillas de la ficción epistolar, “Las amistades peligrosas”. Pero también fue un militar de larga carrera. Primero conocido como oficial de artillería, autor de diversos manuales para la defensa de fortalezas y luego, ya alistado en el ejército republicano, tras la llegada de la Revolución Francesa, como comandante de éxito, pues asaltando precisamente esas fortalezas sobre cuya defensa tanto había teorizado. El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha seguido una trayectoria similar. Forjó su currículum al lado de Manuel Pizarro en la defensa de Endesa en la época de la OPA hostil de Gas Natural y ahora protagoniza su particular asalto a la fortaleza del Banco Sabadell. Ya veremos si con éxito. Eso sí, no va a desistir, según aseguran todas las fuentes financieras consultadas.
Desde que se anunció la venta de TSB, las tornas han cambiado. Hasta entonces la OPA hostil parecía decantada hacia el BBVA, obra y gracia de la gestión pasiva de los grandes inversores institucionales. Hoy ya no es así. El precio del Sabadell supera los 3 euros por acción, la prima es negativa respecto a la oferta en un 12% y los inversores que vayan a la oferta del banco de Carlos Torres se perderán un dividendo extraordinario de 0,50 céntimos por título.
No hay gestor pasivo que se pueda resistir a la tentación de cobrar los más de 2.600 millones que el Banco Sabadell repartirá en dividendos extraordinarios. La OPA hostil se le ha puesto al BBVA muy cuesta arriba.
Ya no es sólo que el Gobierno se oponga, que haya 200.000 accionistas minoritarios muy motivados para no vender, que la Cataluña política y social se haya movilizado, o que las sinergias vayan menguando... Ahora es que los números no salen por mucho. La estrategia del consejero delegado César González-Bueno ha resultado letal, incluso para un experto en defensa en caso de OPAS hostiles, como es Carlos Torres.
Pierre Choderlos de Laclos pasó a la historia por escribir una de las maravillas de la ficción epistolar, “Las amistades peligrosas”. Pero también fue un militar de larga carrera. Primero conocido como oficial de artillería, autor de diversos manuales para la defensa de fortalezas y luego, ya alistado en el ejército republicano, tras la llegada de la Revolución Francesa, como comandante de éxito, pues asaltando precisamente esas fortalezas sobre cuya defensa tanto había teorizado. El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha seguido una trayectoria similar. Forjó su currículum al lado de Manuel Pizarro en la defensa de Endesa en la época de la OPA hostil de Gas Natural y ahora protagoniza su particular asalto a la fortaleza del Banco Sabadell. Ya veremos si con éxito. Eso sí, no va a desistir, según aseguran todas las fuentes financieras consultadas.
Desde que se anunció la venta de TSB, las tornas han cambiado. Hasta entonces la OPA hostil parecía decantada hacia el BBVA, obra y gracia de la gestión pasiva de los grandes inversores institucionales. Hoy ya no es así. El precio del Sabadell supera los 3 euros por acción, la prima es negativa respecto a la oferta en un 12% y los inversores que vayan a la oferta del banco de Carlos Torres se perderán un dividendo extraordinario de 0,50 céntimos por título.
No hay gestor pasivo que se pueda resistir a la tentación de cobrar los más de 2.600 millones que el Banco Sabadell repartirá en dividendos extraordinarios. La OPA hostil se le ha puesto al BBVA muy cuesta arriba.
Ya no es sólo que el Gobierno se oponga, que haya 200.000 accionistas minoritarios muy motivados para no vender, que la Cataluña política y social se haya movilizado, o que las sinergias vayan menguando... Ahora es que los números no salen por mucho. La estrategia del consejero delegado César González-Bueno ha resultado letal, incluso para un experto en defensa en caso de OPAS hostiles, como es Carlos Torres.
BBVA nunca ha hecho algo así. Va contra su cultura corporativa. Pero puede ser una salida. Portavoces del BBVA han evitado responder a la pregunta de si se estaba negociando con la CNMV alterar el folleto de la OPA y eliminar la condición de alcanzar el 50,1% del capital del Banco Sabadell para que la oferta fuese válida. Pero en todo caso, el camino de salida no lo marcaría Choderlos de Laclos sino Andrea Orcel, el agresivo presidente de Unicredit.
Ventajas
Esta vía, una participación relevante, pero minoritaria, permitiría al BBVA nombrar consejeros en el Banco Sabadell. También cobrar su parte del macrodividendo fruto de la venta de TSB. Cualquier nueva medida defensiva del presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu y su equipo repercutiría de manera automática en el balance del banco de Torres.
Pero para ello, el BBVA ha de renunciar a su propia cultura bancaria por otra, capaz de operar en un mismo país con distintas marcas y misma eficiencia. Como en los tiempos de Banca Catalana, hace treinta años, cuando Pedro Fontana, ahora vicepresidente del Banco Sabadell, era el hombre de BBVA en Cataluña.
La alternativa es ser fiel a tu cultura, pero alargar los tiempos. Torres aprendió en Endesa que, si el cerco a la fortaleza se prolonga en demasía, el ganador suele ser un tercero. En Endesa lo fueron primero los Entrecanales y luego la italiana Enel. En el Banco Sabadell, el Banco Santander ya se ha llevado una de las joyas de la corona. Y el grupo asegurador Zurich va incrementando de manera paulatina su participación, que ya supera el 4,2%. Suficiente para armar a su alrededor un nuevo núcleo duro del que ahora carece el banco catalán. Conquistar rápido o seducir lento. Un dilema a la altura de las “Amistades peligrosas”. |