Yamaguchi Financial Group, en Hiroshima.

Los años de tipos de interés próximos a cero en Japón, que apenas hacen rentables los préstamos tradicionales, han llevado a un banco a tratar de ganar negocio mediante proyectos menos convencionales, como la apertura de vinotecas y guarderías en sus oficinas.

Los reguladores japoneses están relajando con prudencia las normas para permitir a los bancos aventurarse en otros negocios y ayudarles así a compensar el efecto que la política monetaria ultralaxa está teniendo sobre sus ingresos netos por intereses.

Para Takeshi Yoshimura, el presidente de Yamaguchi Financial Group, los efectos de los tipos de interés mínimos del Banco de Japón se ven agravados por otros retos que sufre su región, a destacar un descenso de la población y el éxodo de compañías a ciudades más grandes como Tokio.

Por esta razón, anima a los empleados jóvenes a proponer ideas para hacer un mejor uso de las casi 280 oficinas diseminadas por Yamaguchi e Hiroshima, las prefecturas donde opera principalmente Yamaguchi Financial.

Una de las ideas consiste en alquilar espacios en una oficina para abrir una vinoteca. Es el caso de Yuya, un pueblo con fuentes termales donde estos negocios no son habituales. "Yuya es un bonito destino turístico, pero hay muy pocos sitios donde beber y cenar", explicó Yoshimura. "Los clientes del bar pueden abrir una cuenta bancaria o recibir servicios de asesoría de uno de nuestros banqueros", explicó a Reuters el martes. El bar abre en julio.

El objetivo es transformar el resto de sucursales en centros comunitarios de diverso tipo, como cafeterías o guarderías, que rompan con el estereotipo de la banca tradicional. "Cerrar oficinas reduciría costes. Pero no vamos a hacerlo porque queremos conservar un lugar donde mantener una interacción cara a cara con nuestros clientes", aseguró Yoshimura.

Yamaguchi Financial también quiere impulsar la industria pesquera de la región. Sus banqueros han creado una red de académicos e investigadores locales para experimentar con métodos para la cría de erizos de mar.

Si la cría tiene éxito, el banco daría préstamos para construir las plantas, comercializar los erizos en Japón y posiblemente abrir restaurantes, según explicó Yoshimura.

El grupo espera hacer esos negocios no financieros rentables en los próximos tres a cinco años, lo que a su vez generaría nuevas oportunidades de negocio para el banco.

El Banco de Japón advirtió en abril que cerca del 60% de las entidades regionales podrían sufrir pérdidas netas en una década si se mantiene el ritmo actual de caída de los préstamos a empresas.

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