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Una oficina de TSB. Foto. Reuters. |
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Al banco comprador no le interesa TSB por la incertidumbre del Brexit.
Las negociaciones entre BBVA y Sabadell para su fusión mantienen su curso para que antes de final de año pueda alcanzarse un acuerdo. La integración por absorción, con la que se creará un nuevo campeón nacional, supondrá el cierre de oficinas, el ajuste de plantilla y una reestructuración de la operativa. En los planes del banco comprador no está mantener la actividad en Reino Unido debido a la incertidumbre del Brexit, por lo que previsiblemente se pondrá en venta la filial británica del grupo de origen catalán, el TSB. Una franquicia que tuvo un coste de 2.300 millones y que ha pasado por distintos problemas como consecuencia de la nueva plataforma tecnológica.
Según los analistas de Alphavalue, a BBVA no le interesa TSB, de ahí que se vaya a colocar en el mercado si finalmente las conversaciones terminan en un acuerdo para llevar a cabo la operación.
De esta transacción de desinversión dependerá el recorte de gastos operativos y, por tanto, el cierre de las sucursales y los despidos en nuestro país. Los analistas de Barclays consideran que la clausura de oficinas alcanzará el millar. En concreto, señalan que debido a los solapamientos de red el nuevo grupo tendrá que reducir en algo más de 1.200, es decir, casi una de cada cuatro con las que podría nacer el conglomerado financiero. Sin embargo, esta cifra podría rebajarse, ya que hay que tener en cuenta que tanto BBVA como el Sabadell tienen en estos momentos planes de ajuste. El primero tiene previsto cerrar unas 160 oficinas a lo largo de 2020, mientras que el Sabadell, unas 230.
Barclays, en un informe de ayer con estimaciones actualizadas, no aporta cúal sería el impacto en personal. El Sabadell tenía en marcha un plan de despidos de 1.800 empleados, que ha sido suspendido ante las negociaciones avanzadas de fusión. En la actualidad, el Sabadell también tiene sobre la mesa un ajuste de 900 empleados en TSB para mejorar su eficiencia y rentabilidad.
Los principales solapamientos se producen tanto en Cataluña, región de origen del Sabadell y donde BBVA ha sido especialmente activo en sus compras tradicionalmente -las últimas Unnim y CatalunyaBanc-, y en el País Vasco, de donde procede la entidad adquiriente y donde tiene presencia el adquirido a través del antiguo Guipuzcoano.
Se estima que el nuevo grupo tendrá que desembolsar en torno a 900 millones para llevar a cabo la reestructuración de gastos. Aunque, en Morgan Stanley elevan la cuantía a los 4.000 millones, contando los costes aparejados a TSB. Algunas firmas de análisis como JP Morgan calculan que la integración generará unas sinergias de en torno a los 1.600 millones gracias a este proceso de adelgazamiento.
Un nuevo gigante
BBVA-Sabadell acechará el liderazgo de CaixaBank-Bankia en nuestro país, ya que contará con unos activos cercanos a los 600.000 millones, casi tantos como la suma de los que tendrán el grupo catalán y el nacionalizado. Su volumen de préstamos superará los 270.000 millones, que serán gestionados por una plantilla de más de 46.000 trabajadores.
Fuera de nuestras fronteras, BBVA ampliará su presencia en México, ya que el Sabadell cuenta con una división enfocada principalmente al segmento de empresas, y mantendrá su operativa en Turquía, Argentina, Colombia y Perú. La entidad que preside Carlos Torres financiará la operación de fusión con el dinero que reciba por la desinversión de sus negocios en EEUU, que asciende 9.700 millones. Con estos fondos BBVA se garantiza no tener que llevar a cabo una ampliación de capital para asumir los activos del banco catalán. |