La decisión del Gobierno de vetar la opa de Magyar Vagon sobre Talgo anticipa lo que puede pasar con la operación de BBVA sobre Banco Sabadell
Jarro de agua fría para BBVA. Aunque la de Talgo y Banco Sabadell son operaciones que no se pueden comparar, tienen algo en común: el rechazo del Gobierno a que salieran adelante.
El ministro de Transportes Óscar Puente ya anticipó hace unos meses que el Gobierno haría todo lo posible para frenar la operación húngara en Talgo. La misma reacción que tuvo el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, cuando se conoció que BBVA había lanzado una opa hostil sobre Banco Sabadell.
Cuerpo dijo en ese momento que rechazaba la opa “tanto en la forma como en el fondo” porque tendría consecuencias graves para el sistema financiero español. Y recordó que el Gobierno tenía la última palabra sobre su autorización.
El Gobierno puede desactivar la opa sobre Banco Sabadell
Aunque es cierto que en el caso de BBVA el Gobierno no puede vetar directamente la opa, si tiene poder para prohibir una fusión entre los dos bancos, es decir, que, aunque inicialmente la operación saliera adelante, el Ejecutivo tiraría de todos los recursos a su alcance para desactivarla.
La opa de BBVA ha sufrido todo tipo de percances desde que se filtraron las intenciones iniciales del banco vasco. Pero todo es superable, salvo la oposición del Gobierno Sánchez.
El veto a la oferta lanzada por el consorcio húngaro sobre Talgo es un aviso a navegantes por parte del Gobierno, que está dispuesto a reventar cualquier operación empresarial que no sea de su agrado, aunque no tenga un plan b para las empresas afectadas.
Los accionistas de Talgo lo vieron venir, porque poco a poco su cotización se ha ido alejando del precio de 5 euros ofrecido por el grupo húngaro. Un precio que, por cierto, no llegó a alcanzar en ningún momento de este proceso.
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