Publicado por Cinco Días y recopilado por Sindicato Alta - 24/11/2025 Última hora
Tras años de bloqueo a los criptoactivos, 2025 pasará la historia como el momento en el que la gran banca comenzó a entrar en el negocio cripto. Varias entidades en España han empezado su carrera en este negocio por lo más fácil. Ofrecen compraventa y custodia de las principales criptomonedas a los clientes, pero solo a través de sus marcas y canales digitales. Y, aunque los minoristas pueden acceder a estos activos, con los clientes de banca privada son más prudentes.
El Santander ya ha movido ficha con una propuesta para todos los clientes de Openbank en Alemania y España, que pueden comprar, vender y custodiar los principales criptoactivos. También pueden operar con ellos los clientes de banca privada del grupo en Suiza. La novedad está en que ya están trabajando para ampliar su oferta a corto plazo para banca privada dentro de las garantías adicionales que ofrece a los inversores el nuevo entorno regulatorio el reglamento europeo sobre mercados de criptoactivos (MiCA), señalan desde la entidad.
El BBVA, por su parte, fue la primera en obtener la licencia MiCA de la CNMV en marzo, y dio el pistoletazo de salida de la banca en este mundo al ofrecer sus servicios a todos los usuarios el pasado julio. Los clientes de banca privada pueden acceder a estos servicios si lo demandan y bajo su responsabilidad. Fuentes de la entidad explican a este periódico que no ofrece asesoramiento sobre criptomonedas en España, pese a hacerlo en Suiza. De hecho, el año pasado Alfonso Gómez, director de BBVA Suiza, explicó en una entrevista a CincoDias que habían puesto en marcha un modelo de asesoramiento muy básico.
Prudencia máxima
Otros arrastran más los pies. El mundo de los activos digitales sigue siendo un terreno inexplorado para los reguladores y para muchas entidades e inversores. “Todavía no existe suficiente conocimiento, convicción y transparencia sobre el comportamiento y naturaleza de los criptoactivos como para recomendar de forma generalizada su compra o su inclusión en las carteras de los clientes”, insiste Beatriz Benítez, directora de Regulación Financiera de finReg360. En un mercado altamente volátil y poco predecible, el riesgo para el gestor y para la entidad financiera es elevado. Y el peligro reputacional ante un activo de alto riesgo y volátil sigue siendo un elemento disuasorio significativo.
Así, en CaixaBank mantienen una posición cauta respecto a las criptodivisas y en ningún caso emiten recomendación sobre ellas. De hecho, el banco solo ofrece ETP de criptos y los pone a disposición de sus clientes y a iniciativa de ellos a través de sus canales digitales de Imagin y CaixaBank. “No tenemos una demanda significativa, estimamos que apenas un 2% de los clientes de banca privada han realizado operaciones de compra de criptodivisas en el último año”, destacan desde la entidad.
En MyInvestor, el neobanco digital controlado por el Grupo Andbank, los clientes pueden operar con ETP y tener así exposición a bitcoin y otras criptos. La entidad no ofrece actualmente inversión directa, aunque sí se plantea esta opción, de ahí que haya firmado un acuerdo de colaboración con Prosegur Crypto y Minos Global. Desde Unicaja aseguran que la entidad está estudiando distintas alternativas para ofrecer el acceso a estos activos, aunque a corto plazo no planea asesorar sobre ellos.
Otras entidades cierran todas las puertas, al menos por ahora. Desde Mediolanum son tajantes y aseguran que la actividad cripto no forma parte de su proyecto estratégico y que nunca asesorarán en estos activos. En Bankinter no los ofrecen ni tampoco en el Sabadell.
La prudencia de las entidades tiene un porqué. Los bancos que ofrecen servicios criptos lo hacen al son de la competencia, tras haber observado que parte de sus depósitos se están desplazando hacia neobancos, que desde hace tiempo los comercializan en España, como N26 y Revolut. “Por tanto, su objetivo es que ese dinero no salga a otra entidad sino satisfacer ellos mismos esa demanda de sus clientes”, explica Mariona Pericas, directora de Regulación Financiera de finReg360.
Pero cuando se habla de banca privada, que ofrece servicios de asesoramiento y gestión de carteras, las exigencias cambian. El tipo de cliente es distinto y la preocupación no es la misma. “Los bancos están abordando su entrada en el mundo cripto de forma prudente. En cualquier caso, al tratarse de una nueva clase de activo, cada entidad está siguiendo su propia estrategia. Algunas han realizado pilotos con grupos de clientes acotados, para posteriormente ir ampliando alcance de forma progresiva. Otras están ofreciéndoselos solo a clientes cualificados”, explica Carlos Navarro, EMEA Blockchain & Digital Assets Leader de Deloitte.
El reglamento MiCA, que entró en vigor a finales de diciembre de 2024, ha sido un catalizador para el sector y su irrupción en los activos digitales. Hace tan solo pocos años, criptos y entidades financieras eran un oxímoron. La banca no quería saber nada de los activos digitales, que nacieron para desafiar el sistema financiero tradicional. Pero ahora han acabado integrándose, sobre todo gracias al marco regulatorio, un paraguas que, pese a todo, no neutraliza por completo los peligros de un mercado de alto riesgo, incipiente e imprevisible. Basta con ver la cotización de bitcoin: desde los máximos del 6 de octubre, cuando llegó a cruzarse a más de 106.000 euros, se hunde más de un 30%.