En un reciente informe, los analistas del Santander señalan que Sabadell y Liberbank son los dos bancos “más interesantes” para comprar. Y lo son, no porque la operación tiene sentido industrial, sino porque están muy baratos, a pesar de que se han revalorizado desde que Bankia y Caixabank anunciaran su fusión. Hemos pasado a cuestionar fusiones sin sentido a decir que son interesantes porque son baratas.

A ver si nos entendemos. La verdadera operación, la que están buscando el BCE y el Gobierno de Pedro Sánchez -más el BCE que el Gobierno-, es la adelantada por Hispanidad, Santander-BBVA. El problema es que Carlos Torres no cede a las presiones.

De forma paralela, los analistas del Barclays se han descolgado con un informe en el que aseguran que el BBVA no está actualmente entre las entidades fusionables ni absorbentes, y seguirá así hasta que no se aclare el futuro de su negocio exterior, concretado en México, Turquía y EEUU.

En la city madrileña todavía recuerdan a ese famoso banquero que acudía a Londres con el clásico maletín lleno de billetes, para hablar con refutados analistas para que dijeran lo que él quería que dijeran. No estamos diciendo que alguien lo haya hecho ahora, ni mucho menos, pero llama poderosamente la atención que el Barclays haya sacado de la ecuación al BBVA, que es el objeto de todas las fusiones.

Y, por cierto, los que se oponen a ese intento de fusión del BCE y del Gobierno (Santander-BBVA) siempre aluden al monopolio, pero olvidan que Bankia y Caixabank tendrán una cuota del 40% en banca doméstica en España, y todos aplauden la fusión… menos Podemos, aunque no lo hacen por otros motivos.