Sede de Banco Sabadell. / L.O.

Un cliente del Sabadell ha denunciado por acoso a la entidad después de haber recibido 565 llamadas telefónicas en cuatro meses para reclamarle una deuda que no llega a los 80 euros, motivada por los intereses de descubierto que el banco cargó en su cuenta corriente, en la que no había saldo. La denuncia, que ha sido presentada en los juzgados de Murcia por el abogado Diego de Ramón, está dirigida contra el consejero delegado del Sabadell, César González Bueno, y el presidente, Josep Oliu, a los que responsabiliza del «hostigamiento» del que se siente víctima el demandante, quien reclama una indemnización de 30.000 euros por «el daño moral» que ha sufrido.

Asegura que ha sido víctima de «un acoso telefónico», conocido como ‘stalking’, que se ha producido «continua e incansablemente todos los días y a todas horas desde un departamento de recobros que tiene el Banco Sabadell para toda España» y le ha obligado a aguantar «hasta 20 llamadas diarias», «con amenazas incluidas» de que el impago daría lugar a «una reclamación judicial y a la inclusión en el registro de morosos».

La insistencia de las llamadas obedecía una deuda de 77,95 euros, que se generó después de que la entidad financiera cargara en la cuenta de M. O. M. la cantidad de 52,95 euros en concepto de intereses o comisiones el 24 de septiembre de 2023. A esta cantidad se le sumaron otros 28 euros cuatro días después «por gastos de reclamación de descubierto», lo que sumó los 77,95 euros.

A partir de entonces se iniciaron las llamadas del servicio de recobro para reclamar la deuda, que se han venido repitiendo cada día desde septiembre del pasado año. En total, hasta el pasado 29 de enero el demandante había recibido 565 llamadas.

En su denuncia se queja de que la insistencia de la reclamación ha llegado a impedirle realizar su trabajo «por tener el teléfono ocupado, lo que provoca una situación de estrés continuo, y atender sus asuntos particulares y comerciales, al estar sonando continuamente a todas horas del día y de la noche, incluidos los sábados».

Asegura que las llamadas constantes también le «han alterado el normal desarrollo de su vida laboral y personal» a él y a su familia, porque también sus parientes «sufren los daños colaterales».

Como compensación por los perjuicios sufridos reclama a la entidad una indemnización de 30.000 euros.

El denunciante asegura que acudió a su oficina bancaria y le explicó lo que estaba ocurriendo a una empleada, que le pidió «disculpas» por «la forma de proceder del Banco Sabadell» y se comprometió a retirar los cargos que originaron el descubierto, considerados por él como «improcedentes».

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